viernes, 12 de abril de 2013

¿Te acuerdas cuándo escribía de ti?



El otoño se apagó el día que tu amor me marchitó para siempre. El bosque ya permanecía inerte y no quedaba vida para el nido que un verano soñamos construir.

El gélido invierno, vacío de sensaciones, sólo predijo lo que sería realidad en la primavera. Nuestra lista de deseos, que tantos sueños habíamos volcado en ella, se convirtió en una carga pesada, un cúmulo de despropósitos y cosas que echar en cara, una tras otra, sin control.

Luego estabas tú. Tú y tu maldita lista de infinitas perfecciones, en las que ya no sonaban dulces mis te quiero susurrados al oído mientras follábamos como condenados. Se fueron apagando hasta convertirse en algo que es peor que la desidia y la rutina.

Un trazo desdibujado.
Un dibujo inanimado.

¿Cómo llamamos entonces al amor cuando estamos hartos el uno del otro?
¿Cómo volver a ser dos si no éramos ni parte de nosotros mismos?
¿Cómo sienta decir te quiero sin sentir que se ha convertido en un acto reflejo de aquello que sentíamos?

Yo sí que me acuerdo.
Sin rencor.
Zorra.

7 comentarios:

  1. genial entrada, me encanto tu hilaridad
    saluds
    http://pensamientosdegavroche.blogspot.mx/

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  2. Cuando se acaba el amor, sólo quedan los recuerdos... y los vamos mirando a través del tiempo, de distintas maneras...

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  3. Palabras que sueltan hostias más grandes (y fuertes) que una caída.

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  4. Eriwen al aparato... hay una frase en inglés que se me vino a la mente al leer esto que fue "move on"

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  5. De momento,
    parece dolerte más a ti
    que a ella.

    Pero el más
    no es algo malo.
    Y el doler
    tampoco.

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